Los Días Rojos
Llevo varios días sin pasarme por aquí, probablemente porque he estado poco inspirada. La cabeza está en otras cosas, y aunque todos los días me he acercado al blog, durante un rato me quedaba mirando a la nada sin saber de que hablar.He tenido unos "días rojos". Así llamaba Holly Golightly, la protagonista de Desayuno con Diamantes a esos días en los que no levantas cabeza y te ataca la melancolía. Son días así los que la protagonista desayuna frente al escaparate de Tiffany's, ya que considera que este es un lugar en el que "nada malo puede ocurrir".
Viendo la película, te dan unas ganas terribles de encontrar un lugar que para tí mismo tenga el mismo valor que el escaparate de Tiffany's. Pero es más díficil de encontrar de lo que parece. Yo de vez en cuando lo encuentro. Pero es itinerante. Unas veces está en el grupo (mis pequeños tutti frutti), otras junto a Miriam o a Clara. En ocasiones en el interior de mi habitación o en canciones...y gran parte de ellas en ningún lugar.
Lo grandioso de los días rojos, es que apenas se notan por fuera, pero por dentro te acompaña una piedra en lo más profundo de tí en todo lo que haces. A veces si miras profundamente a los ojos de alguien que pasa un día rojo alcanzas a ver la piedra que lleva con él. No se te ocurra preguntarle si le pasa algo. Te contestará que no, y no estará mintiendo. La piedra a veces se esconde para que no la encontremos....La única forma de que la piedra desaparezca es rompiéndola en trocitos y sacarla de alma despacito, trozo por trozo. Eso requiere tiempo. Por ejemplo pasar una tarde compartiendo las cosas más absurdas, las conversaciones más banales y las risas descontroladas. Las sorpresas suelen destrozar la piedra en cuestión de segundos, al igual que los pequeños detalles. Las alegrías también desintegran la piedra con facilidad.
Estoy segura de que algún día habéis roto una piedra de algún amigo, que probablemente tampoco sabía que la llevaba dentro. Habéis decidido llamar por teléfono a alguien con el que llevais tiempo sin hablar. Y la ilusión del primer tono y la respuesta ha conseguido que la piedra se deshiciese rápidamente.
Las piedras son peligrosas, se alimentan de cualquier tontería que pueda hacerlas fuertes. Un día de cualquier otro color, no recibes ningún mensaje en el móvil, y te da igual, ni te percatas. Pero si esto ocurre un día rojo es terrible... te sientes abandonado en los casos más extremos...y empiezas a hacerte preguntas sin respuesta, que son las peores preguntas del mundo.
Yo estoy decidida a que mis días rojos me den un respiro, así que acabo aquí que tengo que romper una piedra...voy a por la dinamita!!!
2 Comments:
¡Que lindo guiño cinematográfico, pardiéz! Si unes al rojo un poquito de negro ( muy poco original, lo se) me sumo a la fiesta...
( El médico me ha recomendado encarecidamente abandonar de golpe los puntos suspensivos. 'Terapia de Choque', supongo)
8.3.05
Entonces los días rojos estos que dices, son los días de la regla, ¿no?.
Ahora todo me queda mucho mas claro.
¡¡ Wolaaa, soy tu menstruassióóón!!
22.3.05
Publicar un comentario
<< Home