10 marzo 2005

...En las Entrañas de Madrid...

Después de un año de comisiones, declaraciones, detenciones y discursos, volvemos a enfrentarnos cara a cara con el dolor, el dolor real de los que dejaron sus sonrisas enganchadas en un vagón de tren. Cientos de personas que sientieron el olor de la muerte, decenas de voluntarios anónimos que se acercaron al infierno sin medir las consecuencias que tendría ese gesto en el resto de su vida. Millones de madrileños que lloraron al unísono y pidieron al cielo que también llorase. Personas que se cruzaban por la calle preguntandose con la mirada "te has sentido alguna vez así de triste??". Cientos de miles de usuarios del metro que en silencio deambulaban por los andenes de camino a su vida real.
Pero la noticia será si han repicado o no las campanas de Madrid, la inauguración del Bosque de los Ausentes, y los minutos de silencio. Pero no el dolor, porque el dolor va por dentro. Cada uno de nosotros se preguntará constantemente que clase de ser es capaz de meter en un tren mochilas con 100 kilos de explosivos. Nos acordaremos de cada detalle de aquel día... como si viésemos cada uno de nuestros pasos en una secuencia de fotografías hiladas con una triste melodía.
Yo recordaré cómo lloré delante de un grupo de niños de 4 años explicándoles lo que había ocurrido y al ver que entendían que aquello era muy dramático. Recordaré las lágrimas de los Tutti Frutti al contar cómo se sentían. Recordaré los pelos de punta ante las manifestaciones multitudinarias en toda Europa.
Mi pensamiento volará de cuando en cuando hasta las madres que perdieron a su hija. Dedicaré una sonrisa a alguna de las personas que perdieron una pierna. Derramaré una lágrima por alguna de las personas que buscó deseperadamente a su hermano por todos los hospitales de Madrid y que abatida se arrastró hasta el Pabellón 6 del Ifema a esperar que un megáfono anuniase un nombre.
El cielo de Madrid estará gris, y alguna de las personas que desde aquel día no es capaz de subirse al tren, buscará con la mirada un guiño del sol...
La melancolía saldrá a la calle, y la dejaremos pasear con nosotros, de nuestra mano.
Dedicaré una oración a la esperanza, y a las sonrisas, para que todos pongamos lo mejor de nosotros mismos en arrimar el hombro en la durísima tarea de salir adelante a la que enfrentan cientos de familias.

2 Comments:

Blogger Marcelo Mendez said...

La verdad no interesa en la vida real... por ello, prefiero vivir en mi mundo de utopía.

Un abrazo

11.3.05

 
Anonymous Anónimo said...

la autora de la cosa esa morada de arriba te felicita por tan alta calidad humana y literaria en esta tu última entrada de esta nuestra humilde comunidad blog. he flipping in colours, la verdad. Como sigas con este nivel, la cosa esa morada de arriba de tu blog va a tener q mejorar pa ponerse al nivel de tus entradas!. Calma mujellll!!! Calma!!! Que acabas de empezar!! :D (bromillia, of course...sigue así!). TQM

14.3.05

 

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