21 junio 2006

...Porque Haberlas Haylas...

A veces los cambios son tan fuertes que te asusta no ser capaz de afrontarlos. Otras veces son suaves y delicados, y apenas te das cuenta de que están ocurriendo.
Siempre me han asustado los cambios, supongo que es porque nunca me he sentido tan infeliz cómo para querer arriesgarme a que la situación diese un giro brusco. Y sin embargo todo va cambiando en mi vida. En un año he cambiado de amistades, he encontrado personas increíbles con las que compartir un café, un viaje, algunos momentos o la vida entera. He redescubierto a personas que en algún punto del pasado eran sólo atrezzo y que ahora son vitales. También he hecho otra carrera y he dimitido por primera vez. Un cambio muy brusco, evidentemente ha sido aprender a vivir sin la dosis de cada viernes con mis chicos... ese es uno de los que no tienen ni una sola lectura positiva.
He visto como me daban una patada sin poder defenderme, y como otras personas me abrían los brazos para frenar el impulso de esa patada.
He dejado de fumar y he empezado a subir escaleras. Veo cambiar a mis Ateneas he intento cambiar otra vez la situación. He cambiado de habitación, he cambiado mis puentes anclada en Madrid por viajes llenos de ilusión, aunque fugaces. He aprendido inglés y he olvidado árabe.
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...Y todo esto en un año...
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Ahora todo va a seguir cambiando, porque ahora sí que tengo esa necesidad. Tengo muchas ganas de que el próximo curso haya retos nuevos, lejos de todas las rutinas que están asfixiándome. ¿Cómo? No me atrevo a escribirlo, por si no puede ser... El viernes es la noche de las meigas y los conxuros, así que aprovecharé la luna de San Juan y quemaré en las hogueras mis ahogos, y abriré los brazos a lo que está por venir.