...Oh my God!...

En primer lugar, quiero disculparme con aquellos que habéis sido fieles en vuestras visitas al blog, y que llevais más de un mes contemplando la misma entrada. El verano se termina y poco a poco voy recuperando el ritmo diario.

La vuelta al cole con su olor a lápices nuevos, a cuadernos sin estrenar y a corticoles no será igual para todos... Contra todo pronóstico, serán miles de norteamericanos los que se sumen a la larga lista de personas que han quedado abandonadas por los más fuertes...En nuestra cabeza rebotan los gritos de los más pobres de la desaparecida y descontrolada Nueva Orleans pidiendo ayuda a su Gobernadora, y a su Casa Blanca...

Es tremendo que ocurra algo así en un país como Yankilandia...me cuesta creer que su patriotismo sólo afecte a los ricos, y que estén mirando desde lejos la tragedia humana que viven en el sur de la nación. Si no me he enterado mal, dio tiempo a avisar, hubo tiempo para huir de la ciudad y para refugiarse en un macroestadio...¿No hubo previsión del posible caos que dejaría Katrina?¿No se acordaron que tras su paso llegarían el hambre, la sed y los saqueos?...Según Bush no es momento para discusiones políticas...

Los americanos deben estar perplejos ante tal muestra de prepotencia ( Oh my God, in my house!!) del Presidente que puede invadir Iraq y no puede dar de comer en Nueva Orleans.

Este personaje pasará a la historia por su locura y su despotismo...dentro de su país y en el resto del mundo que mira asustado a uno de los presidentes que más muertos ha tenido que enterrar dentro de sus fronteras. Ellos le eligieron, y ahora lloran. Yo también lloraría.