21 enero 2006

...Manías...

Me pasan una nueva cadena de bloggers...La acepto con deportividad, porque viene de Sacris y hace mucho que no le veo (y no quiero que deje de ser mi amigo por eso!!).
Consiste en humillarme públicamente y escribir aquí 5 maníasde esas personales e intrasferibles para que cualquiera pueda saber como desquiciarme.
Bueno, pues aquí está le mejor selección de mis peores manías:
* Me cuesta mucho comer con más gente. Me explico, me molestan los ruidos desagradables al comer (sobretodo cuando la gente come con ansia), el ruido del tenedor contra el plato, todo!! Me gusta que la comida sea un momento de relax, de no pensar en nada, de disfrutar y este tipo de ruidines me descoloca. He aprendido un truco para que dejen de molestarme: organizar ruidos alternativos, una conversación es la mejor opción y cuando está difícil establecer una conversación pongo la tele y me intento concentrar en ella.
* Los calcetines que me voy a poner los pongo en el radiador mientras me ducho. Me encanta salir de la ducha y tener los pies secos y calentitos. Es una manía sana, no?
* Me molesta muchísimo que me desconcentren. Cuando estoy en clase de árabe (el momento del día en el que me tengo que concentrar más) me molestan mucho la gente que va sobrada y se permite el lujo de comentar por lo bajo, o traducir simltáneamente al profesor o hacer pompas con el chicle...Qué estréssss!!
*Cuando me mancho de tiza en vez de sacudirme violentamente las manos, extiendo suavemente la tiza hasta que es imperceptible, y después me toco la yema de los dedos hasta que se quedan limpias.
* Me molesta mucho ir por la calle y que una comitiva de lentos ocupen la calle a lo ancho. Cuando algo así me ocurre (como suelo llevar prisa, siempre...) disimulo tosiendo y me meto justo en la mitad de la comitiva para adelantarles.
Paso el testigo a:
Y os aviso, una de las manías no es verdad...A ver quién lo adivina!!! Se aceptan apuestas...Invito a una piruleta al que acierte, y además justifique su respuesta de forma más original. Os invitaría a un cigarro, pero no procede!

18 enero 2006

...Relatos de una Yonki II...

Aquí me hallo engullendo compulsivamente. Se me plantea el siguiente interrogante...¿Por qué cuando echamos algo en falta o nos sentimos tristes comemos?... La respuesta es compleja, pero no es nada descabellado pensar que es algo que hemos aprendido. El cine y la televisión nos muestran continuamente adolescentes y jóvenes deprimidas por no ser la capitana del equipo de animadoras que se plantan delante de la tele y se fulminan un litro de helado sin remordimientos, y sin los dolores de barriga que cualquier otro ser humano sufriría ante tal empacho ( y por supuesto sin aumentar de talla, o experimentar el placer del grano-post-comida-grasa propio de finales de Navidad....).
Después de esta divagación (ya he terminado mi picoteo compulsivo...) vamos al asunto. Mi semana 2 Sin Nicotina. Ha sido una semana dura, tal y como esperábamos, en la que lo más destacado han sido los cambios de humor. Un día de alegría y buen rollo frente a otro de tristeza y ansiedad. Lo he sentido especialmente por los que me han aguantado así... Han sido los días más yonkis que tendré en mi vida (cruzo los dedos, vamos)...
Pero las circustancias empujan, me quitan todo al mismo tiempo y claro... se masca la tragedia entre mis neuronas...
Visto con perspectiva resulta hasta cómico, me han pasado cosas esta semana que hubiesen merecido un cigarro, una tras otra. Un día tuve un viaje en bus (apretaditos, como nos gusta en Madrid) con una chica con la que mantengo una relación escasa y excesivamente tensa. Todo un placer, fue de esas situaciones en las que decides bajar la cabeza para no encontrarte con su mirada, puesto que técnicamente os conoceis lo que os obligaría a un leve saludo (incómodo y no deseado).
Al día siguiente estuve esperando a ese mismo autobús (sábado desde las 8.20 de la mañana) 40 minutos y cuando voy a subir me doy cuenta de que sólo me queda un viaje en el bonotriki (¿Cómo vuelvo?, pff tendré que pagar uno de esos caros viajes individuales!)... No es suficiente, no. Subo al bus para consumir mi último viaje, cuando la maquinita falla, y el conductor me dice que ese billete es de la tarifa de año pasado y que no vale. De muy mala leche le digo Pues ayer me valía!!!, él me señala un cartelito en el autobús en el que dice que esa mañana (y no cualquier otra) es la elegida para que los metrobuses cambien de tarifa!! Casi me da un chungo!! al final le puse desparpajo y solucioné aquel desastre potencial. Pero no es lo único, porque cuando fui a comprarme el bonotriki nuevo en una de esas modernas máquinas del metro, metí 20 euros con 15 céntimos y allí ni billete ni 20 euros, sólo 15 tristes cétimos me daba la máquina!! Así que papeleo, ridículo, retraso de los planes...(no te aburriste Chucky!)...más de lo mismo!
Señalar también que esto de decir que he dejado el tabaco no es una exclusiva de internet, mis compañeros de árabe (y mi mudarris, ese se lo pasa bomba con mi síndrome de abstinencia), mi alumna (y su familia) y probablemente algún enterado más, pueden disfrutar de verme pasar por las etapas, subetapas, fases y demás que acompañan a la vida sin tabaco que recién estreno.
Hasta la próxima conexión cruzaré los dedos para que Gallardón no siga poniéndome tantas trabas y para que el humor y la fuerza me acompañen.

14 enero 2006

...Posiblemente...

Bueno, soy consciente de que no sois muchos los lectores asiduos de este pequeño blog, aunque para mí es más que suficiente!!
También reconozco que entre vosotros (los que dejáis mensajes y los vaguetes y tímidos que nunca jamás escribís nada...) hay de todo, como en botica...
Por eso, porque sé que entre la gama de fieles y visitantes esporádicos hay mucha muy enriquecedora variedad os propongo algo distinto. Igual para algunos es muy habitual navegar por páginas como ésta de mi buen amigo Skarface... para el resto, seguro que este cómic no os deja indiferentes, no en vano apunta para ser uno de los mejores cómics de temática ciberpunk...

10 enero 2006

...Relatos de una Yonki I...

Comienza una serie de relatos cuya extensión y duración todavía no se ha decidido. En ella narraré la vida...Mi nueva vida como no fumadora. Me gustaría dejar claro que no encontraréis aquí una lista de motivos para dejar la adicción al tabaco (ni los míos, ni los típicos). Cada uno puede elegir como quiere vivir, y en eso no podemos meternos los demás. Somos seres únicos y nuestras decisiones, también lo son.
Ha terminado la semana 1 del reto y hay muchos detalles y momentos que comentar. La valoración global de esta semana llevaría el título de Mi Reino Por un Cachito de Nicotina. No estoy contenta ni me siento realizada. Echo de menos salir a la calle y encender un cigarro. Me muero de ganas por tomarme un cafecito con un cigarrito en la mano, mi reino por poder escribir aquí frente al ordenador mientras el humo sube desde mi mano. Es realmente duro renunciar a una costumbre que se remonta desde tiempos de la peseta y el instituto y que está extendida por mi hogar más que el polvo.
No obstante siempre se puede ir a peor. Esta semana fuera de casa ha sido buen punto de partida. Para los que lo ignoren en mi casa el humo del tabaco es el ambientador más usado. Hay una media de 2 ceniceros por habitación (incluyendo el baño) y prefiero no entrar en cifras de colillas que se recogen al día en cada uno de ellos, porque la ministra de sanidad tendría que intervenir.
Por tanto estamos todos de acuerdo en que lo mejor era empezar lejos de casa, rodeada de no fumadores y con un fuerte apoyo moral. Más de 30 veces esta semana me he preguntado ¿por qué haces esto?...Otras tantas me he dicho Sabes de sobra que en cuánto vuelvas a Madrid lo primero que harás será encender un cigarro y cosas similares. Ni yo misma creo en mí, cómo van a hacerlo los demás. Me resulta inimaginable pasar el resto de mi vida sin fumar. Algo irreal. Pero de momento aguanto, a duras penas. Mi yo positivo me dice que debo seguir, sin agobiarme y resistir las ganas (como si fuese una dieta) que a la larga esta sensación de nerviosismo y renuncia pasará. El otro yo, el que chilla más me mira y se descojona...
Dejar de fumar me ha convertido en una psicótica, paranoica e histérica. Todos los días me mareaba del mono. Unos minutines pero la tensión acumulada me hacía que al final del día (al volver a casa) se me nublara la vista y me temblase todo. En honor a la verdad diré que había momentos de euforia, en los que me inflaba orgullosa de mí misma. Es extraño, porque en los momentos de mono y soledad, es cuándo me sentía más fuerte. Me decía, tienes ganas porque YA NO FUMAS, y eso es grande... Tu yonki kiere su dosis, le estás sacando de su adicción.
No quiero mentiros. Dejar de fumar es una putada (he buscado sinónimos menos malsonantes, pero no aparecen). No obstante si algún intrépido y fiel amigo de los pocos que tengo que aún fuman se anima a dejarlo no encontrará apoyo moral en mí, pero siempre podrá consolarse (como haré yo con él) en que no es el único que está pasando por esto, para los momentos de más mono. Seguiremos informando.